12 de febrero de 2018

Soltaron Al Diablo De La Puna Para Disfruar Toda Una Semana

Volvieron a dejar suelto al diablo de la Puna y ahora, hasta mañana, andará haciendo travesuras por las calles de San Antonio de los Cobres.

Ya el jueves había comenzado todo con VII Encuentro de Canto con Cajas, organizado por el Mercado Artesanal en el marco del jueves de comadres.

El viernes fue el desentierro del carnaval oficial, que estuvo organizado por la Municipalidad de San Antonio de los Cobres, con el que se largó oficialmente el carnaval 2018.

El mojón estuvo en el acceso por la ruta nacional 51 y contó con la participación de todas las agrupaciones del pueblo y con las cuadrillas de copleros.

Allí, la comuna construyó un escenario y una serie de instalaciones para que quedara instituido ese lugar oficialmente para la apertura de los festejos. Ese terreno forma parte de lo que antes era el Parque Industrial. La idea del intendente Leopoldo Salva es que las industrias se ubiquen más lejos del pueblo, ya que las viviendas están aumentando la superficie de la urbanización.

Luego del mediodía, los vecinos fueron llegando desde el centro y desde los diferentes parajes. De Santa Rosa de los Pastos Grandes, de Salar de Pocitos y de tantos otros. También hubo importante participación de turistas nacionales y extranjeros.

Muchos salteños además se animaron a escapar del calor y recorrer los 160 kilómetros para disfrutar de la alegría con la gente de la Puna salteña.

En la ceremonia de apertura del mojón estuvo presente el intendente Salva. Pidieron permiso a la Pachamama para desatar la alegría en el pueblo y luego los vecinos fueron pasando de a dos para pedir y agradecer a la Madre Tierra por este tiempo de abundancias, para que este febrero traiga satisfacciones y un pedido especial: "Para que todos los carnavaleros puedan volver a casa luego".

Como siempre, en San Antonio de los Cobres se le pide permiso a la Pachamama, invocando la protección de la Madre Tierra y agradeciendo el tiempo de cosecha. En las ofrendas de cada uno de los vecinos, turistas, curiosos y hasta trabajadores de prensa, el intendente estuvo presente acompañando.

La pintura, la nieve artificial, el papel picado y la harina abundaron. Las copleras abrieron la ronda de bailes, cantos y risas.
Cirila Taritolay, con su caja firmada por Bruno Arias, quizás fue el ícono de la jornada. La sanantoneña desató alaridos y aplausos en la edición 2017 del Festival de Cosquín y muchos turistas nacionales se llegaron al lugar por el solo hecho de conocerla.

Inti Suma vino después y los changos de Chiretes, junto a sus bailarinas, abrieron el baile desenfrenado; no había Puna que los pare.
Suyai, Grifeo, K’aribe, Tormenta y Los del Pueblo le dieron fiesta hasta que no dieron más. “La idea es que todos participemos sin diferencia alguna. En esta semana todos somos iguales y bebemos y comemos todos por igual; eso es el Carnaval”, dijo la secretaria de Turismo municipal, Azucena Salva.

Al menos mil personas asistieron a la fiesta, según estimaciones de la organización, de manera gratuita, libre y sin restricción alguna. Los niños fueron los que más disfrutaron el encuentro del diablo con sus fieles seguidores del carnaval.